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Mostrando entradas de febrero, 2017

24 horas

Ayer conversaba con una de mis amigas noctámbulas (creo que somos muchos los zombis que estamos despiertos cuando la mayoría duerme) a quién agradezco por haber leído todo mi blog y darme su opinión y apreciaciones. El tema de la charla fue en torno sobre lo que significa para algunos la amistad, ya que en nuestras vidas siempre hemos encontrado amigos de verdad y los "otros amigos" que más bien parecen ser personal contratado por nuestros enemigos. Sobre esto, recuerdo que hace algunos años un amigo mío, le dijo en una discusión a otra persona que aseguraba ser su amiga: "...Para mí, tú no eres mi amiga, pues yo considero amigos cuando los conozco más de 5 años...". Ese exabrupto nos pareció tan gracioso que todos los que obsevábamos el pleito nos comenzamos a reír a carcajadas, pues la mayoría de nosotros teníamos solo meses de conocernos y bajo ese razonamiento nadie allí presente venía a ser su amigo. Hasta ahora cuando recordamos ese incidente nos reímos y como...

una rana extraña

Nada fuera de lo normal al despertar salvo que eran las 5 de la tarde, tal parece que esta vez me excedi en dormir. En todo caso era una magnífica tarde y había un coro de grillos al compas de las gotas de una leve lluvia de verano. Me senté a pensar que haría ese dia, al volver la mirada distingui algo que había traído la lluvia; era una pequeña rana verde, era extraña, parecía que me estaba observando. Cuando me acerque, ni se inmuto, pensé que iba a saltar y huir como lo hacen sus parientes, pero esta vez no sucedió, creo que quería conversar. Le pregunté si podía tomarle algunas fotos, creo que no le pareció mal la idea; así que fui por mi teléfono. Al regresar estaba en el mismo lugar con sus ojos mirándome fijamente; así que le tome algunas fotos y empezó a moverse lentamente, tal parece que quería que tomara su mejor perfil. Al final de la sesión de fotos me detuve para revisar un momento y al volver la mirada la pequeña ranita había desaparecido, la lluvia dejo de caer, quizás ...

Mala hierba

Cuando te muestran fotos o vídeos de la selva con sus hermoso paisajes llenos de vida, todos quisieran estar allí; sin embargo, vivir alli en forma permanente es otra cosa. Para vivir en la selva debes aprender que no todo es color de rosa, debes aprender a que tus planes del día perfecto se pueden ir al tacho de repente, porque a la lunática naturaleza se le ocurrió hacer llover por 8 horas seguidas sin tregua alguna, debes aprender que cuando salgas al campo hay que tener cuidado de que no te pique algún insecto, tarantula o serpiente venenosa que te lleve derechito al hospital más cercano, que por estos rumbos están a más de 2 hora de viaje, además debes aprender que ya no vas a darle a tu estómago sus gustitos en Bembos, KFC, Mc Donald o Don Belisario (qué rico se come en este último...Uhmmm...), en fin un sinnúmero de cosas a las que debes renunciar o en el mejor de los casos reemplazar por su versión local. Justo hoy día sucedió algo que me hizo reflexionar sobre todo esto y me a...

Gitana

Ese día tenía que ir a mis clases de computación y como eran cursos adicionales el horario era nocturno, así que debía asistir a la universidad en la mañana y en la noche. Salí temprano y en vez de ir al paradero me  detuve en un parque para hacer hora. De pronto se me acercó una joven mujer de 16 o 17 años más o menos, rubia, ojos claros, con trenzas de colores; la típica gitana que de vez en cuando aparecían en plazas y mercados de la ciudad. Tenía un globo en la mano y en él, el dibujo de una cara y bajo esta un nombre que por mas que intento recordar se me ha olvidado. Me pregunto: sabes que dice aquí? Señalando el nombre en el globo. La mire y sonreí sin contestarle pues presentía que me estaba tomando el pelo. Luego tomo mi mano y me dijo: Quieres que te diga tu futuro? Le respondi que no creía en esas cosas. Ella dijo: bueno por despreciar a una gitana te irá mal el resto de tu día y sin más se dió la vuelta y se alejó. Me quedé meditando lo que había dicho y en realidad hub...

El eslabón perdido

La primera vez que ví un videojuego fue cuando tenía cuatro o cinco años; a mi primo le habían regalado una pequeña consola de juegos que tenía el famoso Pacman, si ese de un hambriento círculo amarillo que comía círculos, frutas y fantasmitas. Aclaro que solo lo ví, pues mi primo y sus amigos adolescentes jugaban mucho con esa consola pero yo no sabía cómo hacerlo y no era tan divertido como jugar con mis soldados y autos de plástico. Más tarde cuando estaba en la escuela primaria mis amigos y yo aparte de jugar los clásicos juegos del recreo salíamos apresurados para ir a la casa de un señor que alquilaba el hoy ya extinto Atari una consola con varios juegos tan ridículos, pero que en esa época era lo mejor que habíamos visto. Luego llegaría el maxplay, el nintendo y el Super nintendo, además de las cabinas con consolas tipo las que hay actualmente en los centros comerciales donde uno juega insertando monedas a la máquina. Sin mentir, pase mi infancia y adolescencia siendo testigo de...

Día de perros

No se si alguien o algo (me refiero a los extraterrestres) lea este blog algún día y aunque lo dudo mucho prefiero ser precavido y explicar el porque del nombrecito de este blog. Resulta que en las últimas semanas he estado cambiando mi ritmo circadiano; es decir, duermo hasta pasado el mediodía y me acuesto al amanecer. No vayan a pensar que me quiero convertir en vampiro y toda esa patraña. Más bien he querido experimentar si mi cuerpo se acostumbra cuando invierto mis hábitos normales. Por eso se me ocurrió la idea de aprendiz de noctámbulo, lo de crónicas, es pues porque pretendo escribir algunos "hechos históricos" de mi aburrida vida. Vaya que de noche todo es más tranquilo puedo escribir por horas cosa que es improbable de día, pues hay tanta distracción que al diablo con la escritura. Resulta que hace unos días me mudé de casa y justo en el patio había un gran árbol (digo "había" porque hoy desapareció) el cual servía de sostén de un tendedero de ropa, jus...